LA  COLMENA
                             MIEL EL COLMENERO. BARRANDA


 EL LENGUAJE DE LAS ABEJAS

Toda la información esencial a la organización de la colmena proviene de secreciones químicas, las feromonas, segregadas por la reina pero también por las obreras. Se trata de sustancias mensajeras que circulan de una a otra a través de la boca y de las antenas y de las que sacan toda la información. Además las abejas poseen entre ellas un lenguaje codificado muy preciso, el del BAILE DEL SOL:
El
baile en círculo significa un lugar muy cercano (menos de 25 m). Para lugares más lejanos hasta una decena de km el baile  en ocho que indica en función de las oscilaciones abdominales y de las vibraciones emitidas la distancia del botín a recoger. La dirección se expresa respecto a la posición del sol. La distancia se expresa por el número y la velocidad de las vueltas efectuadas por la abeja sobre sí misma.







LA MIEL Y SU PROCESO

 La miel es un producto natural fruto de la interrelación entre plantas y abejas. A cambio de que le ayuden en la polinización, las plantas ofrecen sus néctares y mielatos a los insectos. Para producir un kilo de miel, una abeja obrera necesita transportar 5 kilos de néctar, lo que equivale a recorrer 8.000 km y realizar 200.000 vuelos desde la colmena para pecorear un millón de flores.

El néctar, es la savia transformada de las plantas depositado en los nectarios de las flores donde las abejas lo recogen como materia prima para elaborar la miel. Está compuesto principalmente por agua y por entre un 30 o 40 % de azúcares junto con ácidos orgánicos, aromas y sales minerales. Una vez en la colmena las abejas inician un complejo proceso en el que tras añadirle enzimas para transformar la sacarosa en glucosa y fructosa la depositan en las celdillas de los panales para que madure perdiendo gran parte de su agua y dando lugar a la miel.

 La polinización

Es un proceso fundamental para la reproducción de las plantas. Puede ser directa, cuando la flor se fecunda a sí misma, o cruzada, si el polen pasa de una flor a otra. La mayoría de vegetales se multiplican por polinización cruzada, porque es la más adecuada para asegurar la variedad genética. Y todo gracias a la ayuda de insectos como la abeja. Las flores y las abejas han evolucionado conjuntamente durante cientos de miles de años para adaptarse unas a otras en un beneficio común.

La mayoría de las plantas dependen de las abejas para realizar la polinización y poder multiplicarse, favoreciendo la biodiversidad del planeta.  Las abejas dependen de las flores de esas plantas para obtener el alimento y los recursos necesarios para el mantenimiento de sus colmenas. 

El hombre, a través de la apicultura, cuida a las abejas y sus colmenas, no solo para obtener los productos que ellas elaboran sino para asegurarse la producción de sus cultivos agrícolas.

“Si la abeja desapareciera de la superficie de la tierra, entonces el hombre sólo tendría cuatro años de vida. Sin abejas, no hay polinización, ni plantas, ni animales, tampoco humanos “

 

¿SABÍAS QUE?  LA ABEJA OBRERA

Una abeja necesita realizar 200.000 vuelos y 8.000 kilómetros, visitando más de un millón de flores para hacer un kilo de miel.

Una abeja hace de 10 a 15 viajes de recolección por día, y visita hasta 100 flores durante un viaje.

∙ Las abejas recolectan sus alimentos en un radio reducido, normalmente de alrededor de 1,5 a 2 Km de la colmena.

Las abejas poseen los órganos del olfato en las antenas, y en su superficie tienen 500.000 poros olfativos.

La abeja posee 2 ojos compuestos y 3 simples. Los ojos compuestos tienen una geometría perfecta que recuerda la precisión de los hexágonos de los panales; sirven para ver de lejos. Los ojos simples, llamados ocelos, se emplean para la visión de cerca.      

Las abejas pueden llegar a batir las alas 200 veces por segundo y alcanzar velocidades entre 10 y 20 km. Sus dos pares de alas quedan enganchados entre ellos durante el vuelo favoreciendo la sincronización.

Las abejas distinguen el color azul, amarillo y blanco. No ven el rojo y confunden el verde con el amarillo y el azul, pero pueden ver el ultravioleta.

Un estudio realizado por científicos australianos reveló que las abejas son capaces de contar, pero sólo hasta el número cuatro.

∙ Sherlock Holmes se dedicó a la apicultura cuando “se retiró” de detective.

Se han entrenado abejas para detectar algunos de los explosivos más habituales.

El famoso escritor Francisco López de Ayala asegura haber alcanzado los 103 años gracias a tomar siempre para cenar yogur con miel.

• Se ha solicitado que la abeja y la apicultura sean declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.